12 jun 2010


Redescubrir el mundo es tranquilizador y reconfortante. De repente todo cobra sentido.
Desde las fuentes, las bicicletas o los murmullos de las personas que podemos encontrar en un parque, los sonidos que lo envuelven son identificados uno a uno, los coches que pasan por la calle, el canto de los pajaritos tienen un sonido distinto si los escuchas de verdad, igual que los llantos de un bebé, las risas de los chicos, las mujeres con zapatos de tacón.
A veces, cuando vas de paseo por el parque, si te detienes a escuchar puedes notar la diferencia entre el cantar de un pájaro y otro, el sonido del agua de una fuente, el susurro del viento que se transporta entre los árboles. Estando en tu casa, es magnífico en tiempo de lluvia, el tamborileo sobre el tejado mientras te acurrucas para descansar un momento por la tarde.
Salir a escuchar mientras paseas es divertido. No tienes que ir muy lejos, con ir al parque mas cercano o dar una pequeña caminata es suficiente. Puedes salir al patio de tu casa y escuchar. Ni siquiera tienes que salir de paseo para oír cosas, siempre hay sonidos por todas partes. Lo único que tienes que hacer es callar y escuchar...